viernes, 7 de febrero de 2014

MIS MAZOS DE TAROT: TAROT RIDER-WAITE





Mercurio retrógrado es un buen momento para revisar, retomar, recordar, etc., de manera que, he aprovechado esta influencia astrológica para revisar mis mazos de tarot antiguos y me he reencontrado con mi primera baraja de Tarot Rider-Waite. En este post me gustaría hacer un breve análisis de este mazo, contaros un poco sobre su historia, sus características y cualidades más atractivas, y por supuesto, mi propia experiencia personal en el manejo de estas cartas.



El Tarot de Rider-Waite es un clásico y una de las barajas más utilizadas para las consultas, entre los tarotistas. Consta, como la mayoría de las barajas de tarot, de un mazo de 78 cartas, repartidas entre los 22 arcanos mayores y 54 arcanos menores. Esta baraja se encuentra entre las más populares y ello posiblemente, se deba a que la simbología desplegada en sus ilustraciones resulta de una gran riqueza, lo que permite al intérprete abarcar un amplio abanico de significados.



La historia de este Tarot es relativamente reciente. En uno de los antiguos artículos de este blog, Breve Historia del Tarot, donde se ofrece una panorámica de las efemérides del Tarot, se le da fecha alrededor del año 1910, en Inglaterra. Este mazo fue creación original de un miembro de la antigua Orden Hermética Aurora Dorada, (Golden Dawn, en inglés), Arthur Waite.



Arthur Waite Smith junto con Pamela Colman Smith, son los autores originales de esta baraja, que se publicó por primera vez en Londres en 1910. Pero sólo hasta su reedición en 1971, esta baraja se convirtió finalmente, en una de las más conocidas. Arthur Waite escribió algunos libros sobre temas esotéricos, que incluían métodos de adivinación como el tarot y la astrología. Su obra fundamental, La Clave Pictórica del Tarot, es su contribución más significativa.



Waite consideraba al Tarot básicamente, un lenguaje simbólico secreto. Y esta es precisamente, la clave que se propuso transmitir en cada una de las ilustraciones de la baraja. Según las propias palabras de Arthur Waite, el Tarot: personifica las presentaciones simbólicas de las ideas universales. Esta idea contiene un interesante paralelismo con el concepto de los arquetipos de Jung, uno de los conceptos más útiles de trabajar con el Tarot.



Para Waite estas ideas universales son los contenedores de esta sabiduría secreta. Él afirmaba, al igual que Jung, la presencia de estos símbolos en la consciencia colectiva de la humanidad. Se sirvió de sus conocimientos en la tradición mágica occidental, de la cábala, la astrología y la alquimia, adquiridos durante su permanencia en la Orden Aurora Dorada, para preparar los ingredientes de su propio Tarot.



En el libro La Clave Pictórica del Tarot, Waite niega el supuesto origen egipcio del Tarot, atribuido por los miembros de la Aurora Dorada; y sitúa el nacimiento de los primeros ejemplares en torno al siglo XIV. La cábala y la alquimia son las principales fuentes de aporte, que conforman el sistema de símbolos de su tarot. Podemos verlos representados en todas las cartas de la baraja, a través de imágenes de gran colorido, paisajes, personajes y objetos cargados de un fuerte contenido simbólico.



Tomemos como ejemplo, la descripción pictórica que hace el propio Arthur Waite del Arcano Mayor Los Enamorados: el sol en el horizonte, la figura alada con los brazos extendidos. Las dos figuras: el hombre y la mujer; una alegoría del Adán y Eva en el paraíso. Detrás de él, el Árbol de la Vida con sus doce frutos. Detrás de la mujer, el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, con la serpiente enroscada en su tronco.



Todas estas figuras están cargadas, sin duda, de una fuerte connotación simbólica. Muchas de ellas nos resultan familiares, pero otras se nos escapan, porque pertenecen a un contexto más oculto, esotérico; como es el caso del Árbol de la Vida. Todas estas imágenes nos están transmitiendo a través del Tarot de Waite, un lenguaje universal, que está íntimamente vinculado al alma humana.



Es a través de esa serpiente enroscada del Árbol detrás de la mujer del arcano los Enamorados, que podemos encontrar una comprensión más profunda de nuestra herida primordial y la manera de sanarla. Pues, la serpiente es un símbolo alquímico de regeneración muy importante.



Si buscamos en otros arcanos las señales de este lenguaje universal, en el Tarot de Waite vamos a encontrar un suplemento muy completo y prolífico de símbolos que saltan de la carta para hablarnos, unos; en tanto, otros permanecen silenciosamente presentes y latentes, dejando tras de sí la tenue sospecha de una revelación futura. Este mensaje sutil es el que el espíritu del Tarot nos está revelando en nuestra alma, y quizás sea el principal; porque puede eclosionar en un tiempo distinto al tiempo de la interpretación.



Me gustaría aclararles mejor esta idea. Si entendemos que los símbolos son seres inteligentes, y que al igual que los números, interactúan en nuestra vida de forma constante dejando una huella y un mensaje que podemos o no comprender; ya se está planteando aquí una interacción, una conexión espontánea con este mundo simbólico. Esto es así porque todo en el Universo es diálogo y por eso, podemos entender los símbolos del tarot, aún cuando no conozcamos sus significados.



Aquellos símbolos que se quedan mudos durante la lectura, pueden permanecer como semillas enterradas en el fondo del subconsciente germinando lentamente, y terminan revelándose a nosotros a través de nuestros sueños, o de actos irreflexivos e inconscientes, durante la vigilia. Es entonces, cuando nos suceden cosas en la vida que nos devuelven a la lectura de una carta concreta, y la serpiente enroscada en el Árbol se transmuta en una alternativa, un punto de giro, o un rito de paso en nuestras vidas.



En mis primeros pasos por la senda del Tarot solía destacar el dibujo de esta serpiente del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, en mis pinturas de los arcanos del Tarot, sin una idea concreta. Para mí se trataba de un peligro y como tal, la reflejaba en mis cuadros, silbante y atrevida, mostrando su lengua bífida y venenosa, en una experiencia amorosa: el amor era una herida en mi alma. Hasta que conocí el lenguaje alquímico del Tarot, y comprendí que al representar esta serpiente mi alma estaba buscando su propia curación. 



Y ése es tan sólo, uno de los muchos símbolos que se encuentran desplegados en esta fascinante baraja. En el próximo post estaré retomando el estudio simbólico de los arcanos mayores de Tarot utilizando la baraja de Rider-Waite. Para aquellos de vosotros que comenzáis a andar este camino es una estupenda herramienta de inicio, muy fácil de asimilar y que pueden encontrar en cualquier comercio de géneros esotéricos o encargar por Internet, en tiendas virtuales como Amazon.



Si te ha gustado este artículo, déjanos tus comentarios y comparte el blog entre tus contactos en Google+ y Facebook.


votar