sábado, 1 de agosto de 2009

El Oráculo de la Diosa





Antes que nada, quisiera presentarme. Mi nombre es Esperanza. Llevo practicando el Tarot desde hace aproximadamente veinte años (como ya conté en el post sobre El Oráculo de Anastrela), pero llevaba más tiempo avanzando en una búsqueda espiritual que plasmaba en mi faceta creativa como escritora o pintora, en los relatos sobre seres del universo fantástico; y había creado personajes de características divinas que inconscientemente, revestían las características de mi propia búsqueda espiritual. Entre estos personajes resaltaba siempre una Diosa Madre y primigenia, sobre la que había leído en varias fuentes y hacia la cual sentí instintivamente, una irresistible atracción.

Durante aquellos primeros años de mi búsqueda espiritual comencé a meditar por mi propia cuenta y a leer acerca del Yoga y el Tantra. En gran parte del material de aquella época encontré de nuevo, esa figura femenina y sagrada que los yoguis llamaban Shakti, y una vez más volví a sentir una fuerte atracción que me inspiró a su vez, en la realización de cuentos y novelas. Y aunque el trabajo personal no estaba encaminado aún, ya había dado el primer paso en mi búsqueda.

Durante el tiempo que duró esa búsqueda comencé un diálogo inconsciente con la energía de esa diosa en mi interior. Aparecieron series de poemas y dibujos, sueños e intuiciones que reflejaban cada vez con más nitidez mi conexión ancestral con esa fuerza divina. Aparecieron -o debería decir, reaparecieron- símbolos: el árbol, el pájaro, el chamán; y oráculos: El tarot fue uno de ellos, el I Ching, el Mah Jong, el oráculo angélico. Poco a poco, fui aprendiendo cada disciplina y tenía una guía muy completa, mi propia intuición. La Poesía era -y sigue siendo- el punto de conexión de todo este universo.

Apareció el primer poema a la Diosa, en el lenguaje de la Pitia:

She has the strength
Of glory, and the spirit
Of the mighty bird
She owns the ancient circle
Of windom
Her hands are plenty
Her eyes are shinning
All over the wide sky
Walking on the brilliant sea
She has our lives
In her hands
("Ella tiene la fuerza/ de la gloria/ y el espíritu/ del pájaro sagrado/ Ella es dueña del círculo ancestral de la Sabiduría/ Sus manos están repletas/ Sus ojos están brillando/Por todo el amplio firmamento/ Caminando sobre el océano resplandeciente/ Ella tiene nuestras vidas/ En sus manos").

Así, en el correr del tiempo, a lo largo de casi diez años de práctica de la meditación en el camino del Budismo Tibetano, el rastro de esa búsqueda se dispersó, al igual que mi prática con el Tarot; pero no despareció, sino que permaneció latente en las orillas más recónditas del incosciente, a la espera de mi autoreconocimiento. Se trata de un trabajo personal que debía realizar por mí misma y es parte de esa historia en la que Anastrela volvió a aparecer en mi práctica meditativa en estado alfa, para ayudarme a recobrar el valor de reconocer mis dones naturales.

Después de dos años ha emergido de manera natural y recobré así mi práctica con los arcanos mayores del Tarot con una nueva perspectiva hacia el oráculo mismo. Comprendí que no es un mero objeto de divertimento y distracción para los sentidos; que requiere práctica, además de respeto, pues estamos entrando en el recinto sagrado de la Diosa.

La tesis que apoya el origen del Tarot en Egipto parece ser la del legendario Libro de Thot, como os expliqué en el post Sobre el origen del Tarot, pero en realidad, no importa cuál es la fecha de su nacimiento; esto no importa tanto como el propósito del oráculo. Robert Graves sostiene en su libro La Diosa Blanca, la tesis de que el lenguaje mito poético de la antigüedad medieval y anterior, escondía el lenguaje mágico de las ceremonias en homenaje a la diosa Luna. La Luna es uno de los innumerables atributos concedidos a la simbología que constela a la Diosa Madre en la mitología universal.

Yo no parto aquí de una tesis, sino de una convicción profunda, finalmente probada por años de símbolos y sincronías que se han dado a lo largo de mi vida y que continúan apareciendo. El Tarot es uno de los lenguajes a través de los cuales nos habla la Diosa. Así he comprendido que la lectura, interpretación y trabajo personal de los arcanos mayores constituye el ritual del oráculo de la Diosa. Escenifica las imágenes sobre las cuales los iniciados aprendían a meditar en el templo de Hermópolis en Egipto, pero también trascendieron fronteras.

El oráculo de la Diosa estaba en Delfos, siglos antes de que aparecieran los dioses de Estado patriarcales, como Apolo. La historia escrita siempre por los vencedores, procura en lo posible soslayar estas evidencias, aún a pesar de los hallazgos arqueológicos. El culto a la Diosa Madre estaba ampliamente establecido en la tierra antigua y se pueden seguir sus huellas hasta hace unos 10 mil quinientos años. Los más antiguos e importantes vestigios de su culto se han encontrado en la ciudad más antigua que se conoce Çatal Hüyük, asentada a 300 km. de Ankara, en Turquía. De allí provienen figuras rituales como mujeres dominando fieras salvajes, que pueden ejemplificar el arcano XVII, La Fuerza. O una representación primitiva del arcano VII El Carro.

No se trata aquí de una cultura matriarcal desaparecida; (...) los rituales y el culto presididos por la Gran Madre Cósmica no excluían el poder divino de los dioses masculinos, como se piensa.

Los datos que se han hecho públicos o que se conocen en los medios, acerca del culto a la Diosa Madre de Çatal Hüyük, nos muestran un culto compartido con la figura divina del toro, como acompañante. Y no hay que ir demasiado lejos para reencontrar ese mismo culto en el mediterráneo, en la Isla de Creta y el período minoico; a donde con toda seguridad, terminó por difundirse al desaparecer de la meseta de Anatolia.

Su rastro se puede continuar siguiendo si queremos encontrar más evidencias. Pero particularmente para mí, esto ya no es necesario. Decidí finalmente, resolver la duda por mí misma, empleándome en la práctica de los arcanos mayores del Tarot para desentrañar los misterios que nublaban mi visión.

La confianza en el oráculo de la Diosa va creciendo a medida que crece también la confianza en la propia experiencia. El Tarot como herramienta de autoconocimiento me ha permitido vislumbrar hasta qué punto nos engañan nuestras propias proyecciones y así también a permanecer alerta y confiar serenamente en lo único que vale la pena confiar, en la propia naturaleza.

miércoles, 29 de julio de 2009

Dialogando con los Arcanos Mayores. La Estrella. La Viajera del Espacio Ilimitado






“Todo el proceso evolutivo que va desde el Ylem y termina en el hombre cabría en una sonrisa de Buda”(1).

La Estrella es el instrumento a través del cual la Diosa vierte su amor y sus dones al mundo. Debo decir que este arcano no ha aparecido de forma totalmente fortuita, (aunque sí fue el primero en aparecer, de los diez arcanos de una apertura para reconocer los misterios egipcios en las imágenes de los arcanos mayores), yo he invocado su presencia para poder interpretarlo a la luz de la nueva información que ha llegado a mi conocimiento actualmente.

La Estrella es la depositaria del Poder de la Diosa sobre la tierra, es su canal cristalino de manifestación, el templo de su sabiduría y el receptáculo de su elixir divino. Este arcano está representando claramente un ritual de purificación o de ofrenda a la Diosa. Es un ritual nocturno, procedente casi con toda seguridad de las escuelas iniciáticas egipcias o incluso, anterior a estas. Podría tratarse de una invocación a la Diosa en su forma de Isis, pues detrás de la joven encontramos al pájaro, el mensajero que anuncia la presencia de la Diosa.

También puede tratarse de algún oráculo; la comunicación por el lenguaje de las aves era una práctica extendida en la antigüedad, mucho más antigua que Homero, anterior incluso, al arribo de las tribus indoeuropeas al Mediterráneo. Podría aplicarse a su labor la disciplina del Yoga, pues su postura nos sugiere que su labor implica también, la unión de mente y cuerpo.

La Estrella es conocida también como La Esperanza. Siempre me he sentido en cierto, modo identificada con este arcano, por encima de sus beatíficas connotaciones predictivas y simbólicas. Representa la Verdad esencial, esa que “es invisible a los ojos”.

La labor de la Estrella es solitaria y minuciosa, ella requiere encontrar un lugar apartado y vivir en un relativo aislamiento, al menos durante el tiempo que dure su labor. De todas maneras ella no estará sola, siempre la acompaña la Luz divina y la inspiración alada, en la forma de los pájaros, las siete pléyades, las musas, los sueños, las intuiciones.

Ella es una clarividente, puede anticipar los acontecimientos, conoce los presagios del oráculo de la Diosa, pues el espíritu alado los comunica a su alma receptiva. Es una intermediaria entre el cielo y la tierra, entre lo alto y lo bajo, entre las energías densas y las sutiles. Maneja con habilidad los procesos de la Alquimia, tanto a nivel de los instintos como de la conciencia. Ella es versátil como la naturaleza del viento y del agua. Y cíclica como las estrellas y los cielos.

Su pensamiento está en este momento, más allá de las cosas de la Tierra, aunque ella permanece en el presente, a cada instante. Antiguamente, solía percibir una gran corriente protectora y benéfica en este arcano, sin duda, sigue estando allí, pero la protección que representaba la Estrella en sí misma es en realidad, una extensión divina. Ella puede ser tanto el protector como el protegido o protegida. En todo caso, se reconoce en su aparición los cuidados esmerados de alguien que conoce su trabajo, aunque sin apegos. Una vez terminada su labor, se marchará, volverá a su retiro y es probable que pase mucho tiempo antes de que los mortales vuelvan a verla. Es como esos asteroides que viajan por el océano estelar en ciclos de cincuenta, cien, trescientos años o más.

¿De qué naturaleza es su labor?, ya lo hemos dicho, pero siendo más específicos eso dependería concretamente del que pregunta. Si existe una conexión verdadera con la Estrella, el que pregunta lo sabrá tan pronto la vea aparecer. Porque ante su aparición sucede algo así como una revelación, como una estrella fugaz; la ves, o no la ves, pero no puedes dudarlo. En todo caso, ella asegura el cumplimiento de algo, bien sea que estemos preparados para su advenimiento o no. Con la promesa de que las consecuencias siempre serán para beneficio de todos a quienes concierne, pero sin asegurar que se cumplan los deseos tal y como se esperan.

La Estrella huye de las expectativas, ella vive sólo el momento y si no estamos preparados, como ya he dicho, igualmente hará sentir su influencia, pero su rastro puede desvanecerse más rápidamente. Por eso ella labora, es decir, su trabajo consiste en investigarse a sí misma, en conocerse a sí misma y en enfrentarse a sí misma. Aprender la VERDAD. Pero como todo esto ya está hecho cuando ella aparece, lo que la Estrella procura son bendiciones y momento siempre gratos.

Es la nutriente nodriza, pero no la madre. Ella asume la responsabilidad temporal de los compromisos de la mujer más adulta, o de las veteranas cuando estas están ausentes, pero como ya he dicho, una vez terminada su labor, ella no se apega, dejará ir su responsabilidad con el mismo entusiasmo con que la abordó.

Ella tiene el conocimiento absoluto del Tiempo y del Espacio. En tanto que sigue el ritmo del Ciclos, el tiempo de los frutos, no aparecerá nunca antes, jamás después de su tiempo propicio; por eso refleja su sonrisa calmada en los labios. Y en tanto que instrumento de la acción e inteligencia de la Diosa, la Estrella es errante, continuará surcando los espacios, hacia nuevos horizontes, siempre abierta a todas las posibilidades.

Con la Estrella lo que nos sucede es algo totalmente paradójico. Aunque se trata de un evento externo, se produce como un catalizador que propicia un movimiento de nuestra conciencia hacia dentro, hacia nuestro ser interior. Ella nos retrotrae, por decirlo de alguna manera, hasta nuestro más profundo núcleo vital de atestiguamiento. Y ese movimiento puede, no cabe duda, suscitar una suerte de vértigo; por eso decía que es necesario o más bien, conveniente, estar preparados para su arribo.

Sus cualidades florecen con la misma naturalidad con que una flor derrama su fragancia; ella es humilde de corazón, no conoce la ostentación y definitivamente, se aleja del derroche y la expoliación de las energías ajenas o propias. Su vestido es el más brillante y hermoso que alguien pueda llevar: su propia e inmaculada desnudez. Porque ella sabe que la vergüenza no es la verdad. No tiene nada que perder, no tiene nada que lamentar, ella es tal como es.

Es la contemplación serena de la mirada de la Diosa que ve a través de sus ojos, todas las cosas en su verdadera esencia. No hay juicios. No hay futuro que pueda espantarla, porque ella está aquí ahora, el mañana no existe. Y está tan conciente de la eternidad del presente que por eso canta de alegría, o hace cantar a los pájaros; ése es su lenguaje, su oráculo. Y por todo esto ella ha alcanzado la última gracia, la última dádiva de la diosa, la inocencia. El pensamiento suspendido en el gozo ilimitado de la nada.



Notas:
(1)La Sanación con el Tarot, Ahimsa, Lara Rivera. Madrid, 2006.

lunes, 27 de julio de 2009

La Fuerza Parte II. Tarot y Kundalini







La aparición de la Fuerza como un nuevo arcano en la baraja del Tarot de Marsella de Fournier, le da una connotación especial a los acontecimientos en estos momentos. Su influencia se prolonga más allá del primer encuentro. La lectura ha permitido ahondar en el simbolismo del arcano. Pero en mi propia búsqueda y estudio sobre kundalini, comienzo a encontrar conexiones más profundas de este arcano con el proceso de autoliberación.

La Fuerza contiene con sus manos las fauces abiertas del león que se apoya sobre su regazo. Curiosamente; y esto viene en continuidad del arcano del Mago, a la altura del chackra raíz o muladhara; la base de los instintos. No hay resistencia por parte del león, cuya simbología encontré más explícita en el libro de Gloria Garrido, el Tarot todas las tiradas e interpretaciones. Aunque el enfoque de este libro no es el que me interesa, la simbología se encuentra aquí muy bien reflejada en las imágenes del arcano de la Fuerza y el Mago.

El león en la simbología de este arcano, representa las pasiones primitivas, el salvajismo, los instintos más primarios del ser humano. Se puede encontrar en esta carta muchas más correspondencias, a medida que pasan los días, de las que se pueden ver cuando aparece por primera vez.

Encuentro esa tensión entre contrarios de forma evidente. Pero aquí se vislumbra con claridad que es una tensión sin esfuerzo. La tensión está presente, porque hay una acción; pero en realidad, la acción se realiza desde el centro del corazón, con amor incondicional, y también con coraje. Coraje es la palabra clave que utiliza en su libro Gloria Garrido para describir este arcano.

Esa tensión entre opuestos, que se ha convertido en la Fuerza, en la armonía entre opuestos de Heráclito. Continúo estudiando al efesio, pues es parte de mi instrucción y aprendizaje, y no puedo dejar de maravillarme de las simultaneidades que representan el Arcano de la Fuerza con todos estos conocimientos que estoy recogiendo.

En el libro de Ahinsa Lara Rivera, La Sanación con el Tarot, nos recuerda que la aplicación de este arcano en meditación transforma la energía libidinal e instintiva en energía espiritual; y esto, no por casualidad tiene cierta similitud con el ascenso de kundalini en la práctica del yoga.

Desde hace algún tiempo estoy practicando una serie de asanas del yoga kundalini. Lo curioso es que a través de la información que estoy adquiriendo con el estudio y la práctica, muchos, sino la mayoría de los ejercicios que solía practicar en el gimnasio pertenecen al yoga kundalini; incluso la profesora hacía hincapié en que las prácticas eran en su mayoría, conducentes al despertar de la energía femenina en el cuerpo.

De manera que entre otras muchas claves, la aparición de la Fuerza me está mostrando claramente, que estoy en medio de un período de adiestramiento espiritual, que no me es desconocido; puesto que Anastrela ha estado conduciéndome hasta aquí en todos sus esfuerzos e instrucciones. Y este proceso encuentra mayor coherencia en cuanto veo que el propósito converge hacia la emergencia de la energía femenina, la energía de la Diosa, Shakti o la serpiente kundalini.

No es casual. Tampoco es novedoso. Probablemente, aunque en este instante no pueda vislumbrarlo con claridad, toda mi vida el camino ha ido en esta dirección, el encuentro con la Diosa. Sé que no es casual porque yo misma la he estado buscando de muchas maneras, poéticamente, creativamente, en mis ensoñaciones. Y ahora que Anastrela ha aparecido y permanece de manera casi constante instruyéndome, mi tendencia hacia el encuentro con la Diosa es cada vez más evidente, no se trata de una búsqueda azarosa, es el fruto de una intención que partió de mí misma, conciente o inconscientemente.

Está claro que éste no es un trabajo fácil, que se haga en dos días y comprendo que no tiene el mismo ritmo de completitud que los procesos regulares y racionales a los que la mente está acostumbrada. Aunque no tenga ni la más ligera idea de cómo puede llevarse a cabo, dentro de mí reposa la confianza en que este proceso se llevará a cabo según su justa medida.

Recuerdo claramente el vivo interés que despertó en mí cierto libro sobre el Tantra, durante la época de los últimos dos años que viví en Sevilla. Luego, un par de años después volví a encontrar ese libro en Caracas, en una antigua librería de Sábana Grande, pero aunque pude comprarlo en aquel momento, no lo hice; supongo que todo tiene su tiempo. No hay prisas, todo proceso se cumple, como recuerda Heráclito, “...siempre fue, es y será, fuego siempre vivo, (Logos), que se apaga y enciende según medida”.

La velocidad con la que se revelan las sincronicidades supera mi capacidad para expresarlas. Estaba terminando de leerme los extractos sobre kundalini del libro titulado Tantra la sexualidad sacralizada. Mientras lo leía me llamó poderosamente la atención los estados físicos y psíquicos que el autor; que más adelante descubrí es un autor indio de Nombre Daniel Oran, describe en su libro. Me sorprendía todo ese proceso que el autor describía con tanta claridad, pero una idea original surgió en mi mente. El autor era un hombre, cuando se refería a determinados síntomas del surgimiento de la kundalini en su cuerpo se estaba refiriendo a su órgano sexual masculino y a su esperma. Entonces intuitivamente, debo decir, llegué a la conclusión de que la energía de la Kundalini debía de manifestarse de otra forma distinta en la mujer y recordé eso sobre lo que los Lamas siempre hacían hincapié, la diferencia estructural entre el hombre y la mujer.

No podía pasar por alto esta diferencia tan fundamental. Empecé a buscar este libro, y encontré otro parecido, luego recordé aquel libro que en Sevilla, cuyo autor es Andre Van Lysebeth, comencé a leer sobre el Tantra y todo comenzó a ir encajando. Entonces, un buen día terminé por encontrar una página en internet, la Comunidad de la Diosa Dorada. La que escribe es una mujer y la experiencia que cuenta es la suya propia. Entonces comencé a leer que las manifestaciones de la Kundalini en ella no estaban asociadas al órgano sexual femenino.

Esto no me sorprendió tanto como esperaba y más adelante encontré: “... Kata Román descubrió... una vibración en su pecho, en el año 2002 (después de doce años de práctica tántrica)... la energía kundalini no despierta en uno de los huesos coxígeos, es posible... que la kundalini en la mujer se encienda en otro sitio diferente al hombre... Años después tiene un brote más fuerte en el pecho, tiene un encuentro con un maestro tántrico de la Vía tántrica Kaula de la India; quiere compartir con él su descubrimiento... El linaje de este maestro enseña que la vía de la Kundalini en la mujer le viene en el pecho. La tradición tántrica de este maestro es un Linaje de Mujeres que se remonta a la época de los mahasiddhas; cuya enseñanza es la sabiduría ancestral del Tantra transmitido por vía oral, conocido también como la vía absoluta o la Escuela del Corazón”.

Una de las primeras percepciones que recibí del arcano la Fuerza, fue justamente que se trataba de una vía del corazón. Gloria Garrido describe en su libro que el arcano de la Fuerza se refiere a la acción, desde el amor incondicional; es decir, la acción desde el corazón. Las sincronías no pueden ser más evidentes. La fuerza sin tensión ejercida por los brazos que sostienen las mandíbulas del león, parte directamente del corazón de la mujer. Durante las prácticas de yoga, hay una postura en particular en la que permanecemos de pie, con las piernas separadas y los brazos extendidos, la profesora nos pide que visualicemos una energía dorada que parte de nuestro corazón y se difunde por nuestros brazos. Aunque nadie nos diga nada sobre esta energía, resulta evidente que la energía dorada que parte del corazón, al menos en la mujer, es la energía de kundalini.

Hace poco me fui a hacer sungazing y meditar en una colina junto a un árbol en el Templo de Debod. Escogí este lugar, este día, puesto que me pareció mucho más tranquilo y menos concurrido en domingo que el Retiro, que es a donde he estado yendo prácticamente toda la semana, a meditar en Tara verde. Lo cierto es que mi decisión de meditar allí no pudo ser más acertada. Ese día, en aquel lugar, me sentí en contacto con la Madre Tierra, sentí un amor profundo e incondicional hacia ella y hacia todos los seres que ella sostiene. Me sentí en paz en mi corazón y así, en ese estado, comencé a meditar en Tara verde. Fue una meditación de apertura y de recibimiento del amor y la energía total de la diosa. Salí de esa meditación con una enorme felicidad en mi corazón, que me acompañó durante todo el día hasta la noche, sin interrupción. Con una claridad y una sensación de estar y ser sin ninguna duda, en el universo. Algo que ciertamente, no se puede describir del todo con palabras.

Pero lo más importante es que todas estas sensaciones y emociones, surgían como un chorro de agua viva desde el centro de mi corazón. La expresión de ese torrente de amor ha disminuido un poco, pero sigue ahí esa sensación de amor incondicional. Yo sé que sólo es cuestión de tornar mi atención hacia la diosa y en seguida, surgirá, sin ningún esfuerzo ni preocupación. Y por la noche, ese mismo día tuve una especie de cosquilleo allí en mi corazón, en el órgano de mi corazón; como cuando vas a explotar de gozo en un orgasmo de felicidad. Pero todavía no explotaba; supongo que yo tenía todavía un poco de miedo, y lo contenía. No sé si es una manifestación del acercamiento de la kundalini; yo casi podría decir que sí. Una respuesta o preanuncio de la emergencia de la diosa desde el fondo de mi corazón.

Dialogando con los Arcanos Mayores. La Fuerza I Parte. Armonía de los opuestos






El sabio filósofo efesio Heráclito dijo que se había estudiado a sí mismo, siguiendo el consejo de la antigua inscripción en el templo de Apolo en Delfos. Los estudiosos de la obra de Heráclito creen que este estudio de sí mismo es, en realidad, el método de investigación del filósofo, y encuentran en su obra un curioso parecido con el estilo oracular de Delfos. De hecho, a Heráclito le llamaban el oscuro por el estilo hermético e incomprensible de sus aforismos, semejantes a las palabras de la Pitia del templo de Apolo.



Siguiendo a Heráclito he comenzado el estudio de mí misma. Desde hace mucho tiempo me estoy investigando a mí misma, sólo que en estos momentos mi indagación es más directa y ex profeso de lo que ha sido anteriormente.



El estudio y la meditación del arcano de la Fuerza solicita el estudio de sí mismo en la armonización de los contrarios. Hay que indagar, como se pretende, por ejemplo, con el budismo, pero esta vez nos toca ser consecuentes con las investigaciones sobre uno mismo. No hay absolutamente nada que pueda excluirse de la esfera de esta investigación.



Todo aquello con lo que me relaciono interna o externamente forma parte de mi vida, de mí misma y por lo tanto, de esta investigación. El arcano de la Fuerza me solicita sobre todo, observar cómo actúan los opuestos dentro de mí misma, las manifestaciones de la Sombra. Pero para poder observar a la Sombra necesitamos un espejo, y nuestro mejor espejo son las personas y las cosas con las que nos relacionamos.



Particularmente, mi intuición me ha llevado a examinar con atención dos aspectos que la Fuerza me señala a lo largo de esta investigación: el apego y el autoengaño. El primero deriva de una serie de circunstancias relacionadas y de personas del entorno emocional, y el segundo, deriva de la observación del primero.



Surge la pregunta en la relación con estas personas, (sería útil observar si en su mayoría estas personas pertenecen al signo de Leo, o están de alguna manera bajo su influencia en su carta astral), se trata de personas cariñosas, afectuosas hasta el extremo del apego. Si podemos ver la manifestación del apego en ellos, es porque el apego está también dentro de nosotros, oculto en la psique, como parte de la Sombra.



Podemos observar si este apego se manifiesta también con el aspecto del dinero en nuestra vida, nuestra relación con el dinero. Entonces se trata de dependencia-carencia. Si en esta investigación sobre sí-mismo hemos encontrado, a partir de nuestra relación con estas personas, que existe el apego, es porque el apego está también dentro de nosotros. Si a través de ellos observamos nuestra relación con el dinero y encontramos dependicia y/o carencia, la Fuerza nos está mostrando claramente, que tenemos que estar dispuestos a aceptar la dependencia y la carencia, es decir, el apego, como aspectos que integran nuestra Sombra.




Apego, dependencia y carencia



Estos aspectos encuentran siempre en la psique (de acuerdo al Principio de armonía de los opuestos, de Heráclito), su contrario. Es decir:

  • Para el Apego, el Rechazo
  • Para la Dependencia, la Independencia
  • Para la Carencia, la Abundancia

La Fuerza nos enseña a encontrar el equilibrio de los opuestos. De acuerdo con Heráclito, el equilibrio entre los opuestos está regido por el Logos, "según medida". Si continúo la investigación sobre mí misma, siguiendo el Camino del Corazón que me señala el arcano de la Fuerza; y , de acuerdo con la Ley hermética de Polaridad, si hay un exceso de un aspecto de nuestra psique (en este caso, el apego), la tendencia a buscar el equilibrio entre éste y su contrario (el rechazo), es que la fuerza del apego sea igual, ni menor ni superior, que la fuerza del rechazo. Del mismo modo se aplica para la dependencia y la carencia.


De manera tal, que la tensión entre los contrarios no desaparece, como nos decía Heráclito, se mantiene un equilibrio entre dos fuerzas opuestas.


Este trabajo de investigación sobre sí mismo tiene un despliegue similar en sus principios, a la transformación de las emociones perturbadoras en sabiduría, mediante las recomendaciones del Buda.


El Logos o Principio que rige en la investigación sobre uno mismo es el corazón, la Vía del Corazón; esto equivale a la confianza en sí misma, que muestra como principal atributo, la mujer del arcano de la Fuerza.


El arcano de la Fuerza puede revelarnos también que en el interior de nuestra psique, en la Morada de la Sombra, habitan también otros inquilinos, no menos desalentadores o inquietantes. El arcano busca no solamente la armonía de los contrarios; en la aplicación de la investigación sobre sí mismo el arcano de la Fuerza revela la transformación de la energía instintiva, salvaje y primaria en energía espiritual; "lo pasional será dominado por la inteligencia creativa", como dice Ahimsa Lara Rivera en su libro La Sanación con el Tarot. Pero ¿cómo?

La Fuerza nos muestra esos otros aspectos de la naturaleza primaria e inferior, casi sin esfuerzo, así como Ella lo hace todo. Se nos revelan casi subrepticiamente, en esos pensamientos inconfesables que cruzan nuestra mente, como impresiones fugaces y temerarias a las que podríamos seguir de un impulso si no tuviéramos el valor de escuchar nuestra conciencia. Están allí siguiendo la energía instintiva en lugar de la voluntad racional, en actos fallidos y lapsus del habla u olvidos de los que no dudamos en desentendernos, por el simple hecho de no querer ahondar en el asunto. De no querer perseguir el impulso, como la haría cualquier animal.

Un mono, por ejemplo, habría visto una cesta llena de frutas sobre le alféizar de una ventana y llevado por su instinto animal, habría saltado y en un instante habría cogido la cesta con las frutas y desaparecido con ella entre los árboles. Sólo habría manifestado el comportamiento que rige su instinto de superivencia, pues está sometido a su condición animal. Pero nosotros no. Los seres humanos tenemos un instinto animal, por supuesto, un rastro que pervive a lo largo de nuestra evolución como especie, y lo vemos surgir en momentos como ese, en que el mono respondió a la tentación de robar la cesta de frutas.

Esos instintos se levantan como una ventolera en el espacio de la mente y si podemos observarlos, del mismo modo en que surgen, vuelven a desaparecer sin que sea necesario que vayamos tras él, como un mono alocado. Si prestamos atención, una atención muy aguda al momento en que esos instintos fugaces surgen en nuestra mente, podemos encontrar que algo de lo que está sucediendo en el exterior tiene una relación directa con ese movimiento en nuestro interior, se revela una sincronía.

La Fuerza se sobrepone a su naturaleza inferior y nunca hará nada en contra de sí misma; siempre actuará respetándose a sí misma.

De todo esto podríamos desprender una enseñanza muy profunda. Aunque nos neguemos a reconocer ese instinto natural, aunque no nos agrade admitirlo, es un instinto que forma parte natural del sujeto en estado de supervivencia. En un solo instante podemos ver al mono y al ser humano dentro de nosotros mismos, y sin necesidad de remitir o aferrarnos a ninguno de los dos, podemos permitir que transcurra todo el evento sin dejar de observarnos a nosotros mismos, viendo como desaparece la huella de ese instinto primitivo de manera natural.

Cuando Ahimsa Rivera Lara dice que la energía espiritual terminará por transformar y transmutar la energía libidinal, mediante esa fuerza sin tensión, podemos tender a creer que allí la fuerza instintiva desaparece, pero esto es equívoco. La coexistencia natural y pacífica de estas dos fuerzas opuestas es precísamente, lo que nos hace ser humanos.

Sin embargo, hay una suerte de instinto de elevación que también está presente en el interior del ser humano, pero éste no es el que se presenta en la Fuerza. Lo presentimos desde hace tiempo, encontramos su rastro en nuestros sueños, pero todavía es muy pronto para verlo manifestarse.

Antes de que el ser humano pueda manifestar su naturaleza divina tiene que ser capaz de reconciliar los contrarios que habitan en su ser, y esta es la esencia de la Fuerza.

Ahora puedo comprender por qué constantemente, Anastrela me pide que suspenda todo juicio, que salga a la calle y no juzgue lo que vea, que cuando realice mi trabajo creativo no lo mire como algo que está bien o está mal; sólo dejarlo ser, tal como es.

La Fuerza no se presenta solamente como un trabajo de integración de la Sombra en la investigación de sí mismo; tiene que ver muy particularmente con el equilibrio y la integración de los opuestos. El trabajo de integrar el anima y el animus, era para Jung, sin duda, más complejo y completo que la integración de la Sombra. "Por esta razón llamaba a una obra maestra y a la otra obra de principiante"(1).

Nota:

(1) John A. Sandford. Encuentro con la Sombra. Edición Connie Zweig.

domingo, 26 de julio de 2009

Orígenes del Tarot




“El mundo es un lenguaje divino para aquellos que saben comprenderlo”. René Guenón expresa con estas palabras el poder del símbolo en el lenguaje y me permite de esta manera reivindicar mi propia percepción de la realidad que nos rodea. En el estudio del Tarot como oráculo y como camino existen muchos elementos dispersos a investigar, pero el más importante es uno mismo; el estudio de sí mismo, como nos recomendaba Heráclito.


En sus orígenes hipotéticos, muchos autores de la antigüedad y de la actualidad atribuyen las raíces del Tarot al ritual iniciático egipcio. Autores como Jean Batiste Alliette y Court de Gébelin defendían la idea de que el Tarot había nacido a partir del ritual de iniciación en los templos egipcios; los adeptos de las enseñanzas de Thot eran iniciados en su vasto conocimiento a través de unas imágenes que se encontrarían presumiblemente, en el interior de los templos en Hermópolis, la ciudad del dios Thot. Estás imágenes que los sacerdotes de Thot conminaban a los adeptos a estudiar, se hallaban, cada una, en medio de dos columnas; once del lado norte del templo y otras once del lado sur. En total, contaban 22 imágenes que de acuerdo con Gébelin y Alliette, corresponderían con los triunfos mayores del Tarot. Así, las veintidós figuras que corresponden a los arcanos mayores del Tarot que hoy conocemos, podrían provenir, a partir de ciertas variaciones, de estos rituales de iniciación en los misterios del dios Thot.



De allí surge en la leyenda el famoso Libro de Thot que se cree contenía entre otras muchas cosas, los hechizos y palabras de poder que el dios Thot transmitía a sus adeptos y el fundamento de estos rituales sobre los que posiblemente, descansa el origen del Tarot. El primer indicio que se conoce en la historia sobre el libro de Thot proviene del Papiro de Turis. En él se narra el presunto intento de asesinato de un faraón, mediante las artes y los hechizos del libro de Thot. De acuerdo con el testimonio de este papiro, el faraón ordenó ejecutar a todos los participantes en la conspiración contra su persona, y quemar el mencionado libro. Pero otra evidencia arqueológica, proveniente también de Egipto, parece contradecir el testimonio del papiro de Turis. Se trata de la estela de Meternich, que data del siglo IV antes de nuestra era. La estela narra la historia de Isis y Horus y los siete escorpiones, allí el dios Thot dio a Isis la cura para contrarrestar la picadura mortal de los escorpiones y salvar al pequeño Horus; además el mismo dios Thot narra cómo destruyó su libro donde se hallaban por escrito todos los hechizos y artes mágicas de las cuales era maestro.



La leyenda sigue atribuyendo al libro de Thot poderes sobrenaturales y orígenes míticos; se cree que era la quintaesencia de la sabiduría de la civilización perdida de los atlantes; un libro en extremo peligroso pues se creía que su contenido ofrecía la magia para alcanzar un enorme poder e incluso, conquistar el mundo. A lo largo de la historia muchos han afirmado haber tenido acceso a los conocimientos e incluso, a fragmentos del famoso Libro de Thot, pero nada de esto se ha podido probar. Finalmente, comenzó a extenderse la creencia de que el libro de Thot era en realidad, el contenido y significado de los 22 arcanos del Tarot.



En el antiguo Egipto existía la costumbre de guardar los objetos de gran valor en arcas. Algunos libros como el libro de Thot tenían un considerable valor por los secretos que contenían, por ello se guardaban en el interior de estas arcas, junto con joyas y objetos litúrgicos dedicados a los dioses. La palabra arcano deriva como referencia, de estos secretos valiosos guardados en un arca.



Pero al Tarot se le atribuyen muchas otras filiaciones, como la khábala hebrea, por su nomenclatura numérica relacionada con las cuatro letras del nombre de Yahvé y los cuatro palos de la baraja de arcanos menores y otros números. Se conoce que los cabalistas tenían una especial devoción hacia los números, que para ellos constituían entes vivientes. Y esto los relaciona directamente con los pitagóricos que consideraban que el principio del todo, el logos viviente era el número.


Aquí se encuentra una relación triangular clara. La khábala se interpreta a través del Árbol de la Vida; una tradición hermética, es decir egipcia (Hermes es un nombre griego otorgado al dios Thot), cuyo estudio permite al ser humano equilibrar su mundo interior, y que integra khábala, metafísica y tarot. También se conoce que Pitágoras recibió iniciaciones en los antiguos misterios iniciáticos de la ciudad de Heliópolis, ciudad donde también se practicaban los rituales inciáticos del dios Thot, durante su estancia en Egipto, que luego transmitió a sus seguidores en Crotona, Italia, alrededor del siglo VI antes de nuestra era. Va a ser aproximadamente por la misma época de la estela de Meternich.

Desde aquí proviene presumiblemente toda una tradición en los antiguos misterios iniciáticos que desde Thot pasaron a Isis, de Egipto pasaron a Grecia, por los pitagóricos y de Grecia al resto de occidente mediante los rituales eleusinos.



Lo cierto es que no queda claro si el Tarot en sí mismo se originó en Egipto, como parte del ritual iniciático del dios Thot, o fue un derivado de los pitagóricos, que siglos más tarde durante el renacimiento, llegó a Europa a través de las migraciones de las tribus de gitanos, desde Oriente, transformándose en la imaginería y simbología renacentista, heredera de Oriente.