sábado, 1 de agosto de 2009

El Oráculo de la Diosa





Antes que nada, quisiera presentarme. Mi nombre es Esperanza. Llevo practicando el Tarot desde hace aproximadamente veinte años (como ya conté en el post sobre El Oráculo de Anastrela), pero llevaba más tiempo avanzando en una búsqueda espiritual que plasmaba en mi faceta creativa como escritora o pintora, en los relatos sobre seres del universo fantástico; y había creado personajes de características divinas que inconscientemente, revestían las características de mi propia búsqueda espiritual. Entre estos personajes resaltaba siempre una Diosa Madre y primigenia, sobre la que había leído en varias fuentes y hacia la cual sentí instintivamente, una irresistible atracción.

Durante aquellos primeros años de mi búsqueda espiritual comencé a meditar por mi propia cuenta y a leer acerca del Yoga y el Tantra. En gran parte del material de aquella época encontré de nuevo, esa figura femenina y sagrada que los yoguis llamaban Shakti, y una vez más volví a sentir una fuerte atracción que me inspiró a su vez, en la realización de cuentos y novelas. Y aunque el trabajo personal no estaba encaminado aún, ya había dado el primer paso en mi búsqueda.

Durante el tiempo que duró esa búsqueda comencé un diálogo inconsciente con la energía de esa diosa en mi interior. Aparecieron series de poemas y dibujos, sueños e intuiciones que reflejaban cada vez con más nitidez mi conexión ancestral con esa fuerza divina. Aparecieron -o debería decir, reaparecieron- símbolos: el árbol, el pájaro, el chamán; y oráculos: El tarot fue uno de ellos, el I Ching, el Mah Jong, el oráculo angélico. Poco a poco, fui aprendiendo cada disciplina y tenía una guía muy completa, mi propia intuición. La Poesía era -y sigue siendo- el punto de conexión de todo este universo.

Apareció el primer poema a la Diosa, en el lenguaje de la Pitia:

She has the strength
Of glory, and the spirit
Of the mighty bird
She owns the ancient circle
Of windom
Her hands are plenty
Her eyes are shinning
All over the wide sky
Walking on the brilliant sea
She has our lives
In her hands
("Ella tiene la fuerza/ de la gloria/ y el espíritu/ del pájaro sagrado/ Ella es dueña del círculo ancestral de la Sabiduría/ Sus manos están repletas/ Sus ojos están brillando/Por todo el amplio firmamento/ Caminando sobre el océano resplandeciente/ Ella tiene nuestras vidas/ En sus manos").

Así, en el correr del tiempo, a lo largo de casi diez años de práctica de la meditación en el camino del Budismo Tibetano, el rastro de esa búsqueda se dispersó, al igual que mi prática con el Tarot; pero no despareció, sino que permaneció latente en las orillas más recónditas del incosciente, a la espera de mi autoreconocimiento. Se trata de un trabajo personal que debía realizar por mí misma y es parte de esa historia en la que Anastrela volvió a aparecer en mi práctica meditativa en estado alfa, para ayudarme a recobrar el valor de reconocer mis dones naturales.

Después de dos años ha emergido de manera natural y recobré así mi práctica con los arcanos mayores del Tarot con una nueva perspectiva hacia el oráculo mismo. Comprendí que no es un mero objeto de divertimento y distracción para los sentidos; que requiere práctica, además de respeto, pues estamos entrando en el recinto sagrado de la Diosa.

La tesis que apoya el origen del Tarot en Egipto parece ser la del legendario Libro de Thot, como os expliqué en el post Sobre el origen del Tarot, pero en realidad, no importa cuál es la fecha de su nacimiento; esto no importa tanto como el propósito del oráculo. Robert Graves sostiene en su libro La Diosa Blanca, la tesis de que el lenguaje mito poético de la antigüedad medieval y anterior, escondía el lenguaje mágico de las ceremonias en homenaje a la diosa Luna. La Luna es uno de los innumerables atributos concedidos a la simbología que constela a la Diosa Madre en la mitología universal.

Yo no parto aquí de una tesis, sino de una convicción profunda, finalmente probada por años de símbolos y sincronías que se han dado a lo largo de mi vida y que continúan apareciendo. El Tarot es uno de los lenguajes a través de los cuales nos habla la Diosa. Así he comprendido que la lectura, interpretación y trabajo personal de los arcanos mayores constituye el ritual del oráculo de la Diosa. Escenifica las imágenes sobre las cuales los iniciados aprendían a meditar en el templo de Hermópolis en Egipto, pero también trascendieron fronteras.

El oráculo de la Diosa estaba en Delfos, siglos antes de que aparecieran los dioses de Estado patriarcales, como Apolo. La historia escrita siempre por los vencedores, procura en lo posible soslayar estas evidencias, aún a pesar de los hallazgos arqueológicos. El culto a la Diosa Madre estaba ampliamente establecido en la tierra antigua y se pueden seguir sus huellas hasta hace unos 10 mil quinientos años. Los más antiguos e importantes vestigios de su culto se han encontrado en la ciudad más antigua que se conoce Çatal Hüyük, asentada a 300 km. de Ankara, en Turquía. De allí provienen figuras rituales como mujeres dominando fieras salvajes, que pueden ejemplificar el arcano XVII, La Fuerza. O una representación primitiva del arcano VII El Carro.

No se trata aquí de una cultura matriarcal desaparecida; (...) los rituales y el culto presididos por la Gran Madre Cósmica no excluían el poder divino de los dioses masculinos, como se piensa.

Los datos que se han hecho públicos o que se conocen en los medios, acerca del culto a la Diosa Madre de Çatal Hüyük, nos muestran un culto compartido con la figura divina del toro, como acompañante. Y no hay que ir demasiado lejos para reencontrar ese mismo culto en el mediterráneo, en la Isla de Creta y el período minoico; a donde con toda seguridad, terminó por difundirse al desaparecer de la meseta de Anatolia.

Su rastro se puede continuar siguiendo si queremos encontrar más evidencias. Pero particularmente para mí, esto ya no es necesario. Decidí finalmente, resolver la duda por mí misma, empleándome en la práctica de los arcanos mayores del Tarot para desentrañar los misterios que nublaban mi visión.

La confianza en el oráculo de la Diosa va creciendo a medida que crece también la confianza en la propia experiencia. El Tarot como herramienta de autoconocimiento me ha permitido vislumbrar hasta qué punto nos engañan nuestras propias proyecciones y así también a permanecer alerta y confiar serenamente en lo único que vale la pena confiar, en la propia naturaleza.

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