El Mundo en la baraja del Tarot de Marsella resulta ser uno de los arcanos mayores más auspicios y de más elevadas vibraciones que la lectura pueda ofrecer. Cuando trabajamos con la propia energía, en términos de la meditación, poco a poco vamos siendo capaces de reconocer las emisiones de nuestra propia energía hacia el espacio que nos rodea, hacia los otros y el mundo exterior al cuerpo. Nuestro cuerpo también comienza, en virtud de este trabajo, a revelar signos de cierta transformación. En cada ser humano las manifestaciones de este trabajo interior y de la transformación que conlleva, son diferentes, dado que también lo son las huellas que nuestra energía vital va dejando en el transcurso de nuestra actividad, en la multidimensionalidad de nuestra existencia.
De todos estos aspectos de la energía, de la manifestación de la energía vital, la voluntad, la ascensión de la energía y el descubrimiento del potencial que ofrece el trabajo personal con la propia energía, es de lo que nos está hablando el arcano número XXI, El Mundo.
Es una mujer hermosa, casi completamente desnuda, flotando en el espacio, orlada por un óvalo de colores y flanqueada por cuatro seres que representan las paradas o vías espirituales del caminante o viajero de lo inmenso. Ella es una maga, empuña una vara en su mano izquierda, o en ambas; dependiendo de las versiones del Tarot. Es un símbolo de su control sobre su propio poder femenino, su maestría sobre todas las funciones vitales de la parte derecha de su cuerpo, o de ambas parte; sobre su creatividad, su inteligencia emocional y su conciencia despierta.
Ella flota en medio del óvalo de colores, como si estuviera rodeada por el arcoiris. Como la manifestación de la esencia de todos los elementos fundamentales para la vida rodeándola en su paso a través del umbral hacia un estado más elevado. Ella ha trascendido ya ese umbral. Ella es, en sí mima, ese umbral; por eso lleva la vara y la banda roja alrededor de su cuerpo, como símbolos de su triunfo sobre las energías más bajas.
Es muy interesante y muy profunda toda la simbología que encierra este arcano, porque sus significados son múltiples, ya que ella se manifiesta igualmente en las múltiples dimensiones, aunque se refiere al Uno, el Ser revelado en el logro de su propia unidad, la trascendencia de la polaridad y la unificación de los contrarios. Sólo entrever lo que puede revelarnos, resulta apasionante. De modo similar a la Emperatriz, El Mundo aparece para otorgar un sinfín de dones y bendiciones. Aquí, sin embargo, lo importante es que aquel a quien ella le otorga estas bendiciones permanezca conciente de lo que recibe.
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