A principios del siglo XX la ciencia occidental realizó un descubrimiento transcendental relacionado con el cerebro humano, mediante sondeos específicos con aparatos de medición de frecuencias de ondas electromagnéticas, los científicos descubrieron la actividad de estas ondas en el cerebro humano y la capacidad de nuestro cerebro de recibir, transmitir, traducir y manejar la información mediante la actividad de estas ondas electromagnéticas.
La onda Alfa fue una de las primeras cuya actividad se observó en el cerebro, mediante la medición de un aparato denominado electroencefalógrafo. Pero su peculiaridad reside en el rango de actividad de estas ondas, que se mueven entre las fronteras de la conciencia y el inconsciente. Se ha registrado que la actividad de las ondas alfa en el cerebro humano suscita estados de imaginación y lucidez creativa, un aumento de la memoria y de la capacidad de asimilación en los estudios. Además produce estados de relajación física y mental profunda y estados meditativos propicios. También existe un aumento de la capacidad de sugestión y autosugestión.
Este estado de la mente ya era plenamente conocido en la antigüedad por los místicos egipcios, hindúes, y los chamanes de todas las épocas y civilizaciones. Se trata de un estado propicio que facilitaba entrar en el trance autoliberador al jefe brujo de la tribu, tanto como la meditación trascendente para el Buda.
Existen medios muy simples para inducir el estado alfa de la mente, la meditación ha sido una de las herramientas más utilizadas por la mayoría de las tradiciones místicas, para alcanzar ese estado de relajación y apertura, pero la música también resulta un instrumento de sugestión y creación del estado alfa muy eficaz. Cierto tipo de imágenes, como símbolos o mandalas, ayudan a inducir el estado alfa de la mente con mayor facilidad. También es posible utilizar aromas de inciensos u oraciones o mantras que ayudan a la mente a trascender el estado discursivo de vigilia de la mente.
Una buena práctica de relajación y la repetición de un mantra pueden ayudar a entrar de forma muy efectiva en el estado alfa, a partir del cual podemos comenzar a trabajar con los niveles más profundos de la mente, en una autoprogramación conciente para nuestro desarrollo espiritual y nuestra felicidad plena.
A partir de este estado alfa de la mente es justamente el estado en que se da lugar la ocasión para mis encuentros con Anastrela, para recibir sus instrucciones y su orientación. Siempre que la mente y el cuerpo se encuentren en armonía y predomine un estado de calma y reposo interior, es sencillo acceder a este estado como una pasarela para comunicarse con nuestro verdadero ser y atravesar el importante proceso de autoconocimiento.
Os recomiendo una práctica sencilla para alcanzar con facilidad el estado alfa y relajar cuerpo y mente.
Sentados con la espalda recta y los pies en el suelo, o acostados boca arriba. Visualizamos nuestro cuerpo lentamente, subiendo desde los pies a la cabeza. Sentimos cada parte de nuestro cuerpo, nos ponemos en contacto con ella y repetimos mentalmente y con suavidad: mis pies están relajados, mis rodillas están relajadas, mis piernas están relajadas, y así sucesivamente, seguimos subiendo por nuestro cuerpo relajando cada una de sus partes, hasta llegar a nuestra coronilla. Es importante que mantengamos un estado de atención y que relajemos concientemente cada parte de nuestro cuerpo, hasta que finalmente, cuando hayamos llegado a la coronilla nos sintamos completamente relajados y libres de toda tensión.
Entonces comenzamos a visualizar un paisaje agradable, algún lugar especial para nosotros: un atardecer frente al mar, la luna sobre un estanque, la cima nubosa de un volcán, cualquier lugar con el que os sintáis cómodos o conectados. Imaginad que estáis allí y paseáis por vuestro paisaje interior, tranquilamente, sin prisas, contemplando cada detalle con calma y alegría. Cuando decidáis terminar el paseo contad lentamente, en sentido regresivo, desde el 25 al 1. Muy lentamente, sin prisa. Imaginando que con cada número descendéis por unas escaleras de caracol; imaginadlas del color y el material que más os guste, de cristal, de mármol, de madera, blancas, transparentes o del color del oro. Cada peldaño os acerca un poco más a vuestro nivel de conciencia alfa. Al momento de contar 1, habéis entrado automáticamente en el estado alfa. Os sentiréis ligeros y cómodos, pero seguiréis concientes de vuestro cuerpo y vuestro entorno. Por esa razón es preferible buscar un lugar tranquilo y el momento, cuando sepáis que no os van a interrumpir.
Desde el estado alfa de tu mente entra en la cueva de tu corazón, allí puedes comenzar a recitar una oración, o un mantra, o realizar las afirmaciones de autosuperación que tú mismo hayas diseñado para encontrarte mejor. Más adelante os hablaremos sobre el trabajo de las afirmaciones y la visualización. Por lo pronto, termina tu sesión en el estado alfa, sintiéndote feliz y libre y sal de ella, poco a poco, contando otra vez de forma regresiva, del 10 al 1. Mueve muy lentamente tus dedos de las manos y pies, y tus extremidades, siente cómo se mueve la energía por tu cuerpo. Finalmente, abre los ojos y continúa con tu rutina diaria. Verás que te sientes más relajado y ligero y que tus capacidades intelectuales van mejorando con la práctica.
Os dejo esta práctica con mi más ferviente deseo de que os sea útil y lleve bienestar, contento y salud a vuestras vidas. Om shanti.
La onda Alfa fue una de las primeras cuya actividad se observó en el cerebro, mediante la medición de un aparato denominado electroencefalógrafo. Pero su peculiaridad reside en el rango de actividad de estas ondas, que se mueven entre las fronteras de la conciencia y el inconsciente. Se ha registrado que la actividad de las ondas alfa en el cerebro humano suscita estados de imaginación y lucidez creativa, un aumento de la memoria y de la capacidad de asimilación en los estudios. Además produce estados de relajación física y mental profunda y estados meditativos propicios. También existe un aumento de la capacidad de sugestión y autosugestión.
Este estado de la mente ya era plenamente conocido en la antigüedad por los místicos egipcios, hindúes, y los chamanes de todas las épocas y civilizaciones. Se trata de un estado propicio que facilitaba entrar en el trance autoliberador al jefe brujo de la tribu, tanto como la meditación trascendente para el Buda.
Existen medios muy simples para inducir el estado alfa de la mente, la meditación ha sido una de las herramientas más utilizadas por la mayoría de las tradiciones místicas, para alcanzar ese estado de relajación y apertura, pero la música también resulta un instrumento de sugestión y creación del estado alfa muy eficaz. Cierto tipo de imágenes, como símbolos o mandalas, ayudan a inducir el estado alfa de la mente con mayor facilidad. También es posible utilizar aromas de inciensos u oraciones o mantras que ayudan a la mente a trascender el estado discursivo de vigilia de la mente.
Una buena práctica de relajación y la repetición de un mantra pueden ayudar a entrar de forma muy efectiva en el estado alfa, a partir del cual podemos comenzar a trabajar con los niveles más profundos de la mente, en una autoprogramación conciente para nuestro desarrollo espiritual y nuestra felicidad plena.
A partir de este estado alfa de la mente es justamente el estado en que se da lugar la ocasión para mis encuentros con Anastrela, para recibir sus instrucciones y su orientación. Siempre que la mente y el cuerpo se encuentren en armonía y predomine un estado de calma y reposo interior, es sencillo acceder a este estado como una pasarela para comunicarse con nuestro verdadero ser y atravesar el importante proceso de autoconocimiento.
Os recomiendo una práctica sencilla para alcanzar con facilidad el estado alfa y relajar cuerpo y mente.
Sentados con la espalda recta y los pies en el suelo, o acostados boca arriba. Visualizamos nuestro cuerpo lentamente, subiendo desde los pies a la cabeza. Sentimos cada parte de nuestro cuerpo, nos ponemos en contacto con ella y repetimos mentalmente y con suavidad: mis pies están relajados, mis rodillas están relajadas, mis piernas están relajadas, y así sucesivamente, seguimos subiendo por nuestro cuerpo relajando cada una de sus partes, hasta llegar a nuestra coronilla. Es importante que mantengamos un estado de atención y que relajemos concientemente cada parte de nuestro cuerpo, hasta que finalmente, cuando hayamos llegado a la coronilla nos sintamos completamente relajados y libres de toda tensión.
Entonces comenzamos a visualizar un paisaje agradable, algún lugar especial para nosotros: un atardecer frente al mar, la luna sobre un estanque, la cima nubosa de un volcán, cualquier lugar con el que os sintáis cómodos o conectados. Imaginad que estáis allí y paseáis por vuestro paisaje interior, tranquilamente, sin prisas, contemplando cada detalle con calma y alegría. Cuando decidáis terminar el paseo contad lentamente, en sentido regresivo, desde el 25 al 1. Muy lentamente, sin prisa. Imaginando que con cada número descendéis por unas escaleras de caracol; imaginadlas del color y el material que más os guste, de cristal, de mármol, de madera, blancas, transparentes o del color del oro. Cada peldaño os acerca un poco más a vuestro nivel de conciencia alfa. Al momento de contar 1, habéis entrado automáticamente en el estado alfa. Os sentiréis ligeros y cómodos, pero seguiréis concientes de vuestro cuerpo y vuestro entorno. Por esa razón es preferible buscar un lugar tranquilo y el momento, cuando sepáis que no os van a interrumpir.
Desde el estado alfa de tu mente entra en la cueva de tu corazón, allí puedes comenzar a recitar una oración, o un mantra, o realizar las afirmaciones de autosuperación que tú mismo hayas diseñado para encontrarte mejor. Más adelante os hablaremos sobre el trabajo de las afirmaciones y la visualización. Por lo pronto, termina tu sesión en el estado alfa, sintiéndote feliz y libre y sal de ella, poco a poco, contando otra vez de forma regresiva, del 10 al 1. Mueve muy lentamente tus dedos de las manos y pies, y tus extremidades, siente cómo se mueve la energía por tu cuerpo. Finalmente, abre los ojos y continúa con tu rutina diaria. Verás que te sientes más relajado y ligero y que tus capacidades intelectuales van mejorando con la práctica.
Os dejo esta práctica con mi más ferviente deseo de que os sea útil y lleve bienestar, contento y salud a vuestras vidas. Om shanti.
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