lunes, 24 de enero de 2011

TALLER BÁSICO DIOSES EGIPCIOS Parte IV



Dioses principales: Triada divina de Heliópolis
OSIRIS
Es el primogénito de los dioses Geb y Nut, la Tierra y el Cielo. Es el Señor de los Muertos, título que se ganó debido a la leyenda de su muerte a manos de su hermano Set, quien esparció su cuerpo en 14 pedazos por todo Egipto. Isis, su hermana y esposa, lo buscó incansablemente y encontró todos los pedazos excepto el pene, que reconstruyó con la ayuda del Dios Thot y le devolvió vida con la ayuda de Anubis para procrear a su hijo Horus.
Osiris en vida fue un gran Rey, muy amado por todos, bondadoso y justo. Su aspecto de Señor de los Muertos fue tan importante que llegó a reemplazar al Dios Anubis en el Ritual del Juicio de las Almas. Bajo este aspecto se le rendía culto en Abydos. En épocas primitivas era considerado un dios agrario y su culto se mantuvo en localidades como Busiris, donde se le veneraba como Dios del trigo. De hecho, se dice que fue Osiris el que enseñó a la humanidad el oficio de la agricultura. Por sus cualidades como Dios de la fertilidad, la vegetación y el grano y por haber regresado de la muerte, los griegos lo comparaban con su divinidad Dionisos.
En el inframundo Osiris era el representante divino del Faraón. Se lo representaba momificado con la corona del Bajo y Alto Egipto y en las manos cruzadas sobre su pecho, porta el cetro divino y el mayal, símbolos de poder y autoridad.
Sus energías mágicas se utilizan para la regeneración, para recobrar la esperanza y el entusiasmo. Para comenzar de nuevo, después de una pérdida. Pero también, para la fertilidad en los rituales masculinos y para iniciar cualquier propósito noble.
ISIS
Es el Principio Divino Femenino en Egipto, la Diosa Madre de los antiguos egipcios. Su título de Diosa Madre rebasó las fronteras egipcias, hasta el Mediterráneo y Europa. Su culto era tan popular que trascendió incluso, la caída del Imperio romano. Su templo más emblemático estaba en la isla de Philae en Asuán, en los límites con la actual Nubia. Su nombre significa “la Tierra que da semilla”, o también “asiento” o “trono”. Un trono es precisamente el emblema de su tocado, porque Ella es el asiento sobre el que se apoya el Faraón. También se la conoce como la Diosa de los Diez Mil Nombres, y fue extrapolada al cristianismo como la Virgen María.
Su templo en la ciudad de Saís hizo famosa la siguiente leyenda: “Yo, Isis, soy todo lo que ha sido, es o será; ningún hombre mortal, nunca ha levantado mi velo”.
Era conocida en la antigüedad como Weret hekau, la Gran Maga, denominación que denota claramente algunos de sus atributos más importantes que, de acuerdo con el mito Ella obtuvo por haber tendido una trampa al Gran Dios Sol Re, al colocar una serpiente que Ella creó con su saliva para que picara al dios Sol. Éste, creyéndose moribundo pidió ayuda a Isis, quien antes de curarlo le pidió a cambio, conocer su nombre secreto. Ra se lo dió a regañadientes y es así como la Diosa se convierte en la Grande de la Magia; pues al obtener el nombre secreto del dios Sol, consiguió al mismo tiempo, la esencia de todo su poder.
Sus padres son Geb y Nut, la Tierra y el Cielo. A veces, también lleva como tocado los cuernos de una vaca, pues este animal suele ser uno de sus símbolos. Con frecuencia, se la representa llevando en una mano la Cruz Ank, símbolo de la inmortalidad y en la otra mano, un cetro con flores de loto como símbolo de su autoridad. En algunas de sus representaciones como Diosa protectora, Isis ostenta las alas del pájaro milano, otro de sus animales emblemáticos.
Diosa lunar; Apuleyo la describe “con una corona de luz blanca y refulgente, y con la luna en medio de la frente”. Es una de las cuatro diosas protectoras de los muertos, junto con su hermana Nephtys, y las Diosas Serkhet y Neith. Sus energías mágicas protegen a la pareja en el matrimonio, y así también hacen del compromiso amoroso algo permanente. Protege a las mujeres embarazadas y a sus hijos nonatos. Es una Diosa sanadora y protectora, y estimula a sus devotos en el desarrollo de su espiritualidad y sus poderes psíquicos.
HORUS
Es una deidad de naturaleza compleja. Originalmente fue venerado como un Dios del Cielo, representado con cabeza de halcón, que simboliza a aquél que ve de lejos (en semejanza con el Dios Apolo de la cosmogonía griega), la omnipresencia y la visión del todo; todas estas cualidades asociadas con el vuelo elevado y la agudeza de visión del halcón. Se lo representa portando la doble tiara del Bajo y Alto Egipto.
Aparece en el panteón egipcio otra deidad con el mismo nombre, llamado Horus el Viejo; se creía que era otro de los hijos de Geb y Nut, la Tierra y el Cielo, hermano de Osiris, Isis, Set y Nephtys. También representado con cabeza de halcón o con forma de gavilán y el disco solar.
El Horus joven es el hijo de Osiris e Isis. Sus dos ojos eran el sol y la luna. En el mito, Set, su tío, se convierte en el antagonista y enemigo de Horus; y en la pelea por el poder de Egipto, Set hiere a Horus y éste pierde su ojo. Finalmente, los Dioses deciden dar la victoria a Horus declarándolo Rey de las tierras de su Padre y Señor de Egipto. Horus es el heredero legítimo del trono de Egipto. Su culto se desarrolló sobretodo, en la ciudad de Edfú.
En el plano terrenal su función se corresponde con la del Faraón, quien es considerado con el título “hijo de Rey”. “Hakhte”, una de sus denominaciones, significa “el distante”, es decir, “mensajero o intermediario del Misterio divino”. También fue caracterizado como el Niño Horus, o Harpókrates, en griego; aplastando los escorpiones y cocodrilos con sus pies, como símbolo de la protección mágica que este dios ofrece contra las fuerzas del Caos.
Horus Harakty es su forma Solar, Horus en el horizonte y simboliza el ascenso del astro Rey. Se invocan sus energías para suscitar el coraje y superar los temores. Su energía es también una gran sanadora de dolencias físicas. Ayuda igualmente, a enfocarse y obtener una perspectiva clara, la habilidad para elevarse por encima de las dificultades mundanas y alcanzar la Visión.

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